Ikea es uno de los referentes mundiales en el sector del mueble y la decoración. Según las últimas cifras oficiales actualizadas, que datan de 2014, a lo largo del ejercicio las ventas ascendieron a un total de 28.700 millones de €. Por su parte, la gama de productos diferentes se elevó hasta 9.500, con un total de 315 tiendas físicas repartidas en 27 países de cuatro continentes: 222 en Europa, 51 en Norteamérica, 23 en Asia, 14 en Rusia y 5 en Australia.
Pero, ¿cuáles son los cimientos sobre los que se ha edificado la multinacional sueca? Desde su web corporativa aseguran que su objetivo es el de “crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”, con una idea de negocio basada en “ofrecer un amplio surtido de productos para el hogar, funcionales y de buen diseño, a precios que resulten asequibles para la mayoría de las personas”.
Con el fin de lograrlo, buscan optimizar su cadena de valor, estableciendo relaciones a largo plazo con sus proveedores, invirtiendo en una fabricación altamente automatizada y fabricando en grandes cantidades.
El principio financiero más importante del grupo es el del crecimiento a partir de los recursos propios, ganando el dinero antes de gastarlo, para así poder pensar en el futuro realizando inversiones a largo plazo. Reinvierten la mayoría de sus beneficios en las tiendas existentes y en las tiendas nuevas, además de en el desarrollo de productos y soluciones sostenibles, y en la reducción de los precios para sus clientes.
Valores corporativos de Ikea
Por valores corporativos entendemos los principios éticos que rigen el funcionamiento de la empresa y que se convierten en su ADN. Ikea se basa en diez fundamentos que trata de reflejar en su forma de trabajar:
- Liderar con el ejemplo, para lo cual los cargos más altos buscan crear un ambiente de bienestar actuando de acuerdo con los valores de la empresa, con la firme intención de que el resto de trabajadores sigan la misma línea de comportamiento.
- Deseo constante de renovación, a través de soluciones innovadoras que se adapten a las necesidades del cliente.
- Compañerismo y entusiasmo, con una actitud cooperativa que permita resolver todo tipo de problemas, incluso los que parezcan no tener salida.
- Consciencia de los costes, que deben ser bajos con la finalidad de poder vender a precios que resulten asequibles para el cliente, consiguiendo buenos resultados con pocos recursos.
- Esforzarse para adaptarse a la realidad, por medio de soluciones prácticas que permitan su desarrollo y mejora como empresa.
- Humildad y fuerza de voluntad, que posibiliten la consecución de los objetivos en base al respeto (interno, a los clientes y a los proveedores).
- Atreverse a ser diferentes, sustituyendo las soluciones antiguas por nuevas y mejores ideas.
- Aceptar y delegar responsabilidades, ascendiendo a los trabajadores con mayor potencial para que superen sus expectativas.
- Sencillez, apostando por un enfoque práctico en la resolución de los problemas, hablando con las personas y afrontando los retos que surjan.
- Estar siempre bien encaminado, tratando de mejorar el trabajo diario a través de nuevas ideas.