Tenemos el honor de hablar en Librestartups de un tema que afecta a todo tipo de empresas, y para eso, hemos traído a Irene Martín, experta en conseguir que las startups arranquen de verdad. Vamos a conocer en esta entrevista su trabajo y vamos a tratar de cerca el tema de la gestión emocional en el mundo profesional.
Bienvenida Irene, nos gustaría saber sobre ti y en qué aspectos tu empresa ayuda a otras a mejorar
Soy Ire Martín y me dedico a la formación y asesoría de emprendedores y pequeños empresarios siguiendo mi filosofía #EmprenderSinSufrir. Desde que empecé a trabajar por cuenta propia en 2012 siempre vi algo que teníamos en común todos los emprendedores, y es que no solo bastaba con ser bueno en lo que hacías, sino que se necesitabas saber muchas cosas que no te cuentan cuando te das de alta como autónomo: comunicación, marketing, gestión económica, mundo online, redes sociales, copywriting, newsletter, etc. Todos estos años he ido creando un proyecto tras otro hasta llegar al que une todo y que es el proyecto de mi vida: Dibujando Estrellas.
El talón de Aquiles de todo emprendedor es flojear en todo aquello que no tiene relación directa con su sector y por eso todo se hace más cuesta arriba. En mi escuela online y asesoría individual ayudo a esas empresas a crecer mediante formación y asesoría en comunicación, ventas, copywriting o gestión emocional para emprender con éxito sin sufrir, aplicando toda la metodología que a mí me ha funcionado y que está haciendo que mis números y los de mis clientes sean cada vez mejores. Como soy una enamorada de escribir, además de en mis cursos, también cuento todo esto en mi blog y newsletters donde cada semana publico nuevos recursos gratuitos.
La clave del crecimiento es que cuando les hablo de ventas a mis clientes, no solo les hablo de la parte de números y estrategias, sino también de las partes emocionales que les impulsan o frenan a llegar a esos objetivos económicos. Tener todas las partes de nosotros enfocadas en la misma dirección es fundamental para poder llegar donde queremos llegar. Por eso, enseño también todos esos factores emocionales que no se aprenden en las escuelas para potenciarlos y tener todo lo que somos enfocado en la misma dirección.
Llevo desde 2005 trabajando en comunicación y desde 2007 trabajando también en gestión emocional y es brutal ver cómo aplicándolo fusionado, mis clientes crecen el doble en la mitad de tiempo, ya que puedo asegurarte que absolutamente todos los problemas que tiene una empresa se deben a motivos estrictamente emocionales.
Oye ¿y qué tipo de empresas debería pensar en contratarte? ¿Por qué?
Cuando pienso en lo que hago siempre me viene a la cabeza un mismo tipo de persona. Alguien con ilusión, un pequeño emprendedor que tuvo una idea, que sabía lo que quería y cómo lo iba a hacer, que empezó con muchas ganas, supo que podría funcionar, caminó, continuó adelante pero que ahora se encuentra estancado porque no avanza más aunque su alma se lo pida a gritos. Por esta definición, como ves, puede ser ¡cualquier empresa!
Todo empresario que se sienta estancado y que esté harto de implementar a medias o de tomar decisiones que no están trayendo los resultados que esperaban, pueden cambiarlo. Con mi trabajo lo que hago es reenfocar lo que está a medio gas y potenciar el talento de la empresa para que consigan llegar al éxito sin los frenos que tenían echados.
Cuando no estamos llegando a nuestro objetivo, siempre hay un componente emocional que nos está poniendo el freno y es el factor fundamental que debemos detectar y desactivar para seguir creciendo. Puede parecer mentira, pero a veces por cosas tan simples como una fidelidad familiar inconsciente («¡cómo voy a ser más rico que mis padres! No puedo hacerlo») o por contratos inconscientes con la pareja («si tengo más éxito que él/ella se sentirá inferior y se irá») frenamos nuestro éxito de forma automática y da igual lo que hagamos porque siempre tenemos la sensación de que llegamos hasta un punto límite pero no podemos avanzar más. Desde aquí os confirmo la bueniiiiísima noticia de que ¡¡es mentira!! (inserte flamenca de whatsapp aquí), claro que se puede y es más fácil de lo que parece, ¡solo hay que saber qué tecla tocar!
Cuando hablamos de gestión emocional en las empresas… ¿en qué escala se pueden tratar estos temas?
Gracias a dios, y al menos oficialmente, ¡todos somos personas!, por lo que la gestión emocional abarca tanto a empresas unipersonales, como la mía por ejemplo, hasta empresas más grandes; todos los negocios que estén formados por humanos están siendo influidos por su gestión emocional.
Cuando hablo de gestionar emociones me refiero a conocer cómo funcionamos desde un sentido emocional, cómo reaccionamos ante diferentes estímulos y roles y de esa forma aprender a poner a trabajar esas emociones a nuestro favor y no en nuestra contra.
Si somos autónomos gestionaremos nuestras propias emociones, y si tenemos empleados trataremos de gestionar las nuestras, a enseñar a nuestros empleados a gestionar las suyas y a aprender juntos a gestionarnos emocionalmente como equipo, que es la gran clave y el gran objetivo.
Siempre he pensado que la fuga de talento es la mayor pérdida que una empresa puede tener, y muchas empresas tienen esa fuga porque no detectan ese talento y por tanto no lo valoran, no lo utilizan y se convierte en un estorbo. Por ejemplo creo que desgraciadamente es un problema muy expandido entre mi generación y por eso el talento camina con los pies por fuera de la frontera. Con una buena gestión emocional, eso no ocurriría, las decisiones serían distintas y las empresas tendrían el mejor personal trabajando para ellos.
Cuéntanos alguna situación que se te haya presentado en la que tu actuación ha sido clave para mejorar un conflicto
¡Esto me gusta! jajaja. Pues mira, tengo mil anécdotas y además todas preciosas por los procesos que traían detrás.
Tengo una clienta de Alicante que se dedica a la danza y a la que adoro y recuerdo cómo apareció el primer día en el curso de marketing emocional para emprendedores. Era el perfil que comentaba antes, llena de alegría e ilusión pero sin saber qué palos tocar para avanzar, se sentía totalmente bloqueada. A las pocas semanas de hacer el curso, tuvimos una tutoría y me dijo que nada más volver a Alicante dejó a su pareja, se asoció con una compañera y empezó a ofrecer una formación más enfocaba a la dirección que quería y no se había atrevido hasta ahora. En el curso se dio cuenta del patrón familiar de dependencia al que le estaba siendo fiel sin darse cuenta, rompió con todo que la limitaba por miedo y empezó a caminar en la dirección que realmente quería con herramientas de marketing y comunicación para fortalecer su estrategia y herramientas de gestión emocional para seguir teniendo enfocado su talento.
En otra ocasión, otra clienta, llegó a mí por un problema de que no llegaba a más público. Ella odiaba Facebook y todas las redes sociales y además no se le daban bien las relaciones públicas. Trabajando con ella, viendo sus puntos fuertes y débiles y también enfocando sus talentos, ella sola se dio cuenta de que tenía miedo a mostrarse por una historia emocional del pasado. Fue automático darse cuenta, cambiar ese pensamiento y que su embudo de público empezase a aumentar de forma exponencial.
Puede sonar un poco fuerte pero es que es darse cuenta de la base del problema y que empiece a cambiar en automático. Acompañarles a que tomen las riendas y poder de sus talentos, y enseñándoles a construir con herramientas prácticas en los conocimientos que les faltan para emprender con seguridad, hace que todo lo que no esté en sintonía con el objetivo y el talento enfocado se muestren, caigan por si solo y los límites desaparezcan.
¿Por qué hay trabajadores tan desmotivados en algunas empresas?
Por lo que te comentaba del talento. No hay gente útil y gente inútil, hay gente que no ha sido descubierta. Pero lo óptimo es que cada uno descubra su propio talento para dárselo más mascadito a las empresas, o a los clientes si somos empresarios.
Por ejemplo, mucha gente confunde fortaleza y talento. Fortaleza es lo que se te da bien. Talento es lo que te apasiona. Por ejemplo… típica conversación que ocurre a lo largo de nuestra vida: «oye, que bien se te da (inserte actividad/profesión aquí), eres un crack, deberías dedicarte a esto». Pero a lo mejor tu pasión está en (inserte actividad/otra actividad aquí) porque te llena profundamente. Como te han dicho siempre y además te gusta y efectivamente se te da bien, haces lo primero pero hay algo que falla y no sabes lo qué es. Simplemente no estás incluyendo tu talento en tu camino. Esto no significa que no tengas que hacerlo, siempre y cuando no descartes hacer también lo que tu pasión manda.
Siempre pensamos que tenemos que elegir y sacrificar algo constantemente, y esa creencia nos limita profundamente. Deberíamos preguntarnos, si no tuvieras que sacrificar ninguno de tus talentos, ¿qué harías?
La mayoría de autónomos, jefes o como lo queramos llamar hemos pasado por una etapa de ser empleados y muchas veces se nos olvida… así que cuéntanos, ¿qué es lo que más valoran los empleados?
Sin ninguna duda reconocimiento, sentirse comprendidos y sentirse parte. Esto forma parte de la famosa pirámide de Maslow donde el sentido de pertenencia es una de las bases y el camino a la autorrealización.
Si sientes que perteneces a algo, te sientes reconocido, tú estarás más feliz, bajarás tu nivel de estrés, rendirás mejor y tus empleados/jefes/clientes también. Es un win-win en toda regla.
En el caso de los emprendedores y pequeñas empresas también. La sensación de estar poniendo a trabajar tu talento para ti, siendo reconocido por tu público objetivo y por tus clientes hace que la autorrealización laboral se alcance en automático.
Es cierto, el reconocimiento es tremendamente importante y muchas veces nos cuesta reconocer públicamente lo que los demás pueden hacer. ¿Hay alguna clave para ser felices en el trabajo?
Va a parecer una contradicción, pero sobretodo no buscar la felicidad solo en el trabajo. La vida laboral es un apéndice de nuestra vida personal. Muchas veces focalizamos en el trabajo una carencia en el terreno afectivo. Ahí nacen los jobaholic (adictos al trabajo), que confieso haber sido en un momento concreto de mi vida, que huyen un poco de su vida personal, o las personas que cualquier conflicto laboral les supera porque se lo están tomando como algo demasiado personal. Estos son dos indicadores muy extremos de que el trabajo no está ordenado solo en la parcela laboral sino que se ha colado a rellenar alguno de los puestos afectivos por exceso o por defecto.
En la neutralidad está el punto. Si conocemos nuestro sistema emocional, es más fácil que sepamos cómo actuar ante cada situación y nos mantengamos en un estado más neutral y más estable con lo que nos acontezca. De esa forma manejaremos mejor los conflictos que puedan existir en ese terreno y por tanto nuestro grado de estrés disminuirá y aumentará nuestra satisfacción personal. ¡Matemáticas puras!
El tiempo mejor invertido, en general y te dediques a lo que te dediques, siempre es en conocerte para ser tu propio libro de instrucciones y apretar la tecla que necesites en todo momento y sin límites para tener la vida que siempre has querido tener.
Muchas gracias Irene por este chute de energía que nos ha dado hacerte esta entrevista. Tus sabias palabras seguramente lleguen muy lejos, te deseamos mucha suerte y que sigas dibujando estrellas, ¡tenemos un cielo infinito para colocarlas!
Si queréis contactar con Irene no dudéis en ir a su web o a sus redes sociales y, por supuesto, si os ha gustado leer esta entrevista suscribiros a su newsletter 😉